EL
PAPEL DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EN LAS ORGANIZACIONES DESDE EL ENFOQUE
SOCIOFORMATIVO
La aparición de la empresa
moderna obedece a una función social clara, relacionada con la necesidad de
optimizar el funcionamiento de los mercados. Todo ello, conlleva a las organizaciones a que direccionen todos
los recursos que sean necesarios para lograr las metas de producción o en su caso de servicios.
Por todo lo anterior, en la
actualidad se genera en el sistema social un único poder soberano, el poder
económico, al que se subordinan todos los demás poderes. En este contexto, la
ética no ha sido nunca un concepto ajeno al mercado y a la economía. Debido a
esto el trabajador desconoce el sentido total de su trabajo ya que dicho
sentido no importa en lo absoluto para la lógica ni para el funcionamiento de
la organización. Es decir, bajo estos valores materialistas, los trabajadores
conciben a su empresa como mera fuente de salarios y beneficios económicos.
Así pues, en última instancia la
responsabilidad ética y moral del comportamiento de las organizaciones es en
primer lugar de la sociedad que no ha sabido desde sus múltiples instancias
socializadoras, familia, sistema educativo y sistema laboral instalar a los
individuos en la lógica del derecho a la vida, del respeto al otro, de la
cooperación y de la solidaridad.
Sin embargo, ha sucedido todo lo
contrario, los valores en los que se sustenta nuestra sociedad se relacionan
con la competitividad, el dinero, el prestigio, el poder y el reconocimiento
fácil; es decir, con valores instrumentales que solamente no son válidos si no
solo nos sirven para lograr nuestros fines a costa de los demás.
Por todo lo anterior, las
empresas cada vez más van adquiriendo hábitos partiendo de su libertad para
actuar y para tomar sus decisiones. Esta forma de hacer las cosas de las
empresas, es precisamente lo que intenta orientar la ética empresarial,
contribuyendo a que se vaya configurando una cultura empresarial que responsa a
las exigencias de los diferentes grupos de interés que rodean a la empresa
(García, 1996).
A su vez, en el contexto de
economía y sociedad global que se caracteriza por una interdependencia cada vez
mayor, donde el terreno de las consecuencias de nuestras acciones se amplía
sensiblemente. Aumenta por lo tanto la responsabilidad de la empresa a la hora
de tomar decisiones cuyas consecuencias afecten a los diferentes grupos de
interés de la empresa como son: clientes, trabajadores, proveedores, sociedad y
propietarios o accionistas (Cortina, 2003).
Al mismo tiempo, las empresas son
instituciones sociales que como tal necesitan de una legitimidad socialmente
para seguir manteniendo su papel en la sociedad y por lo tanto permanecer en el
tiempo. Esta legitimidad la alcanza la empresa dando respuesta a lo que la
sociedad espera de ella y asumiendo los valores y pautas de comportamiento que
la propia sociedad marca. De esta forma la empresa genera confianza valor clave
para que la empresa sea un proyecto de largo plazo (García, 1996).
De este modo, se entiende que la
responsabilidad social genera un
compromiso ineludible por parte de cada persona, las organizaciones y el Estado
donde se busca un equilibrio ecológico, solidaridad, justicia social y la
mejora de la calidad de vida con el fin de hacer frente al reto de buscar la
integración social (Tobón, 2008).
Todo ello implica entonces
emprender acciones precisas para fomentar la responsabilidad social en las
instituciones y empresas, tanto en el marco de su cultura organizacional en la
gestión del talento humano. Hay que mencionar, además que todo este proceso
requiere de la formación de personas idóneas con compromiso ético, teniendo
como base el pensamiento complejo, abordando la formación humana (Tobón, 2008).
Por otra parte, el pensamiento
complejo es un método para la construcción del conocimiento de cualquier
fenómeno teniendo como base la forma y la dinámica de cómo está tejido dicho
fenómeno en sí y con respecto a otros fenómenos, con el fin de comprenderlo y
explicarlo en sus procesos de orden-desorden-reorganización, mediante el
análisis disciplinario, multidisciplinario, interdisciplinario y transdisciplinario
(Tobón, 2008).
Así mismo, abordar la
responsabilidad social desde el pensamiento complejo es buscar que las acciones
humanas promuevan el bienestar social y el equilibrio ecológico o al menos no
afecten esto, para lo cual es preciso tener presente que toda acción tiene una
reacción y que un pequeño acto puede generar grandes consecuencias en cadena
que pueden ser positivas o altamente destructivas (Tobón, 2008).
Con la finalidad de que la
sociedad a través, de sus diferentes instituciones debemos de tener acciones
puntuales para que las personas desarrollen y vivan con responsabilidad social,
en un perspectiva compleja, es decir, con un fuerte compromiso ético. Por todo
ello, en el mundo tan complejo en el que vivimos no es suficiente con la
educación familiar ni con las instituciones educativas, por lo tanto es
necesario que toda la sociedad participe en formar para la responsabilidad
social y busque que en efecto se viva con dicha responsabilidad (Tobón, 2008).
Es entonces que considero que es
de suma importancia de formar a personas competentes en las empresas e
instituciones para que en conjunto afrontemos los retos de la actualidad, ya
que el entorno en el que vivimos actualmente es sumamente cambiante. Dichas
personas tendrán como objetivo principal enfocar actividades que fortalezcan la
cooperación, la solidaridad, el equilibrio ecológico y la convivencia sana. Y
sobre todo que tengan un comportamiento ético con su entorno, eso es tener
responsabilidad social.
Además, considero como
profesionista y docente tengo una responsabilidad de contribuir en la formación
de capital humano para que en conjunto tengamos el firme compromiso de
contribuir en mejorar el tejido social en que vivimos.
BIBLIOGRAFIA
Cortina,
A. (DIR.) (2003), Ética de la empresa. Claves para una nueva cultura
empresarial, Madrid, Trotta. Sexta Edición
García-Marzá,
D. (1996), La ética como instrumento de gestión empresarial, Castellón,
Publicaciones de la Universitat Jaume I de Castellón.
Tobón,
Sergio. (2008). La responsabilidad de las instituciones sociales en la
formación de profesionales con compromiso ético: Un reto en Colombia.
Universidad Complutense de Madrid. www.cife.ws
Zarco
Martín, Victoria, Rodríguez Fernández, Andrés. Ética y responsabilidad social en
las organizaciones actuales Revista Internacional de Ciencias Sociales y
Humanidades, SOCIOTAM [en línea] 2005, XV (julio-diciembre): [Fecha de
consulta: 6 de julio de 2015] Disponible en:<http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=65415211> ISSN 1405-3543
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